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CCPS China Conference, Qingdao, China. Presentando el modelo de liderazgo, para la gestión de riesgos basado en “Frecuencia, Consistencia, Sentido”.

Yacimiento Camisea, Amazonia, Perú. El mega campo de gas más importante de América Latina.

De visita en Chernobyl, Kiev, Ukrania. Tras el evento nuclear, el 26 de enero de 1986, se acuña el concepto “Safety Culture”.

La industria de Oil & Gas enfrenta un desafío global que, al igual que la figura del iceberg, solo nos muestra un pequeño emergente, que se presenta en forma de pregunta: ¿cómo evitar que se repitan los incidentes?

Luego de atravesar un período de descenso pronunciado en las curvas de accidentología, las organizaciones llegaron a una meseta y, a la vez, a una encrucijada.

A pesar de incrementar exponencialmente sus esfuerzos, las dificultades crecientes para obtener la licencia social y la aprobación de las comunidades locales ponen en riesgo tanto el inicio de nuevas operaciones como la continuidad de otras ya en funcionamiento.

La visibilidad con la que cada evento es conocido por los grupos de interés alimenta en forma permanente el temor, fundado o no, a que ocurra un evento mayor que pueda dañar a las personas, las comunidades y el planeta.

Sin embargo, al mismo tiempo que se incrementa la presión social, más que nunca en su historia, las compañías están generando lecciones aprendidas y conocimiento para gestionar riesgos, que no logran incorporar en sus propias culturas organizacionales a una velocidad adecuada.
Sin dudas, una parte importante de la solución se encuentra en impulsar operaciones disciplinadas, que decidan en función de riesgos en todos sus niveles, que combatan la normalización de desvíos y que entiendan la gestión de riesgos como una actividad transversal a toda la organización y no solo como una preocupación de las áreas operativas.

Pero a pesar de esto, todos los esfuerzos se vuelven estériles si persiste una visión pobre o insuficiente en la Alta Gerencia. En este contexto de complejidad creciente, el más alto nivel organizacional tiene la responsabilidad y la obligación de guiar la transformación de sus compañías hasta volverlas completamente sostenibles.

Las organizaciones que aportan un valor diferencial para sus accionistas, sus colaboradores y las comunidades en las que operan son aquellas que han logrado despertar y mantener presente el sentido de vulnerabilidad en sus equipos de dirección.

Nos interesa construir respuestas colectivas a una parte de esos interrogantes que quedan ocultos en la metáfora del iceberg: qué tipo de liderazgo se necesita en el nuevo paradigma de la energía y cuáles son las claves culturales de la sostenibilidad y la excelencia.

MARTÍN ENRIQUE FERNÁNDEZ
Presidente

Whycomm S.A | Safety Culture Strategies


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